Y es que parece que a alguien no le caigo bien cuando la Navidad te "bendice" con una gastrointeritis de caballo. ¡Con lo que me gusta a mi comer hasta rebentar, y tendré que conformarme con el olor del pollo relleno y con mojarme los labios con cava!
Sí, algo habré hecho y éste es mi castigo. ¿ No tendrá nada que ver con la chaqueta olvidada encima de un capó que nos llevamos el otro día mi chico y yo? ¡La cogió él, yo le dije que no lo hiciera!
¡Felices Fiestas a tod@s!
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